PARÍS.- El rey de España, Felipe VI, tiene la complicada
tarea de revitalizar las instituciones, en particular la monarquía que
hasta hace poco era muy popular pero fue empañada por un escándalo de
corrupción que puso en duda su futuro, opinó este fín de semana el periódico 'Le Monde'.
El periódico francés comentó las promesas que hizo el
nuevo monarca en su primer discurso y que constituyen un reto en una
España inmersa en una triple crisis: institucional, económica y
territorial.
La primera y más importante tarea de Felipe VI, quien prometió una
“monarquía renovada para los nuevos tiempos”, será preservar el futuro
de la Corona española, la institución más popular del país hasta hace
poco, afirmó el diario en su espacio editorial.
En principio, la popularidad de la monarquía se ha visto empañada por
la corrupción que salpicó a la infanta Cristina, de ahí que Felipe VI
prometió “integridad, honestidad y transparencia” de la Corona, apuntó.
Además, el nuevo rey se comprometió como garante del sistema de
estabilidad política en respuesta al creciente movimiento a favor de la
República, apuntó.
Sin embargo, Le Monde estimó que más allá de la monarquía, los
españoles han perdido la confianza en el sistema político heredado de la
transición de la dictadura a la democracia después de la muerte de
Franco.
Indicó que la corrupción del sistema político se ha convertido en la
segunda preocupación de los españoles, por detrás del desempleo,
derivado de otro gran reto que es la salida de la crisis económica desde
2008.
Refirió que el país ha salido tímidamente de la recesión en el tercer
trimestre de 2013 y reanudó la senda del crecimiento en los primeros
tres meses de este año, pero que la recuperación es lenta y la población
aún no recibe los beneficios de ello.
Aunado va la crisis territorial, pues en Cataluña los movimientos
separatistas están aumentando y el país Vasco parece decidido a seguir
el mismo camino, señaló.
Aunque los poderes de Felipe VI son limitados, pues la Constitución
le confiere una función simbólica de representación de “la unidad y la
permanencia” de España, expresó su deseo de “facilitar el equilibrio de
los órganos constitucionales y territoriales”.
El periódico recordó que Juan Carlos logró hacer aceptar la monarquía
por todas las partes y convertirse en “el rey de todos los españoles”,
en un país entonces dividido y aún marcado por las consecuencias de la
guerra civil.
Por ello, Le Monde se cuestionó si Felipe VI podrá encarnar la
revitalización de las instituciones y la unidad de una España diversa,
“una tarea complicada”, concluyó.
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