martes, 29 de enero de 2013

La Monarquía Empalmada / Javier Gallego

La monarquía española parece un club de carretera. Digo que parece, no que lo sea. En los clubes de alterne no viven ni mucho menos tan desahogados, muchas mujeres están allí obligadas y tienen que acostarse con quien les paga para ganarse el sueldo. En la monarquía, sin embargo, se acuestan con quien quieren, viven a costa de otros y somos los clientes los que estamos obligados a pagarles el sueldo. Algunos lo hacemos sin disfrutar en absoluto.

Pero a pesar de estas diferencias, la Casa Real tiene cada vez más similitudes con los lupanares. Y no sólo porque el yerno del rey se haga llamar El Empalmado y porque nos haya metido mano hasta el bolsillo sino porque además es una casa de citas de negocios en la que entra mucho y sale a la luz muy poco de lo que entra. Como en los clubes de carretera, gran parte de lo que ocurre en su interior es invisible desde el exterior. Y cuando se filtra algo de información por sus grietas, lo que vemos es bastante turbio. Cacerías nocturnas y negocios con nocturnidad.

La Casa Real ha intentado lavar esta imagen abriendo algunas ventanas y hasta una web en las redes para airear sus cuentas. No ha abierto más que una rendija que debería estar abierta de par en par: solo ha explicado los 8 millones de euros que recibe de los Presupuestos y que no incluyen gastos de viajes al exterior, parque móvil y personal funcionario que pagan otros ministerios que no son claros al respecto. La monarquía es el único negocio en el que la metes pero no ves qué ocurre dentro. Como en el sexo.

En esta relación, nosotros estamos atados a la cama y con una venda en los ojos que tampoco nos deja ver los negocios privados que se trae el rey entre manos y a cuánto asciende el patrimonio de una familia que se vino con una mano detrás y otra delante. Ahora tiene las dos detrás y no sabemos qué ocultan. Pero algo ocultan y nos lo han intentado ocultar.

Ayer publicó El País que el Rey sospechaba de los negocios de Urdangarín desde 2005. Lo ha revelado el asesor jurídico de la Casa Real cuando se vio nombrado en los papeles del juicio. El rey le hizo investigar. Hace 8 años. Han tenido que pasar más de la mitad para que se haga el enterado y lo saque de su página web. Para que no le salpique la eyaculación de escándalos. Parece un gesto tardío y ridículo para quien es el máximo representante y garante del Estado y durante años ha hecho como que no ocurría. Actúa como las autoridades con la trata de blancas en este país: hace como que no existe.

O como la Infanta Cristina que es frígida. Con los negocios de su marido. No los siente, no los ve, no se entera. Empieza a resultar menos creíble que el porno. Sobre todo desde hoy: hace unas horas el tesorero de la Infanta y consejero de la Casa Real, García Revenga, ha sido imputado en el caso Urdangarín.  O la mujer de Iñaki nos la quiere meter doblada o se la han metido doblada a ella. En ambos casos, los que ponemos la cama somos nosotros.

El Empalmado no es sólo Iñaki. Es la Corona que empalma un escándalo tras otro. Como sigan así van a tener un gatillazo. Pero mientras nos la siguen clavando. 

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