¿Cobra el jefe del Estado dinero de empresas privadas por sus
gestiones a favor o en contra de una u otra operación? La pregunta es
pertinente porque los indicios empiezan a ser palmarios y porque, de
confirmarse, sería un escándalo difícil de justificar.
El rey ya cobra por defender los
intereses españoles: ése es precisamente su trabajo. Y si se llevase
comisiones añadidas, sería tan impresentable como si lo hiciese Mariano
Rajoy. Por comparar, ¿alguien se imagina al presidente de la República
francesa, o a su “amiga entrañable”, cobrando por gestiones
empresariales mientras ocupa la jefatura del Estado?
Me hago la pregunta por una información que publica hoy El Mundo en su portada y que me resulta tremendamente familiar: Corinna asesoró a Lukoil ante Repsol y el Fondo Hispanosaudí. Según esa información, Corinna no llegó a cobrar porque aquella operación no salió, pero iba a comisión.
Hace más de cuatro años, escribí para Público una noticia que cuadra mucho con lo que El Mundo cuenta hoy: que el rey estaba intercediendo a favor de Lukoil. Juan Carlos de Borbón llegó a llamar seis veces el mismo día al entonces presidente José Luis Rodríguez Zapatero para apoyar la entrada de la petrolera rusa en el accionariado de Repsol.
En su momento, en noviembre
de 2008, la información fue desmentida por el Gobierno. A mí, entonces
director de Público, publicar aquella noticia me provocó algunos
problemas que algún día contaré. Dos años después, uno de los cables de Wikileaks demostró
que mi información era buena: que el rey se movió en apoyo de Lukoil,
tal y como confesó al embajador de EEUU el secretario general de la
Presidencia del Gobierno, Bernardino León.
¿Qué interés tenía el rey en
que una petrolera rusa comprase parte de Repsol? ¿Iba también a
comisión, como su “amiga entrañable” Corinna zu Sayn-Wittgenstein?
(*) Director de www.eldiario.es
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