RABAT.- El actor español Willy Toledo,
conocido por sus polémicas posiciones políticas de ultraizquierda, se ha
atrevido a cuestionar la monarquía borbónica y su principal
representante en España, el rey Juan Carlos I. Esto ya no es noticia en
España, donde desde hace varios años criticar al rey y defender la
república se ha convertido casi un deporte nacional.
La mayoría de los
españoles no son monárquicos, pero tampoco republicanos, y sienten
cariño y respeto hacia Juan Carlos I. Pero en las nuevas generaciones se
está gestando un cambio en el terreno de la percepción de la monarquía
y del soberano y una franja minoritaria pero muy activa es abiertamente
hostil a la forma monárquica del Estado. Existen fuerzas políticas
republicanas, como Izquierda Unida (IU) y Esquerra Republicana de
Catalunya (ERC).
Una serie de casos polémicos relacionados con la Casa
Real y su entorno, como las presuntas prácticas delictivas del yerno del
monarca, Iñaki Urdangarín, han erosionado la figura del rey y el campo
de los republicanos ha aumentado.
Willy Toledo se encuentra con este
sector opuesto a la monarquía. El actor piensa que la monarquía es una
institución “absolutamente anacrónica y antidemocrática”, y en España
está dirigida por un rey que fue impuesto por “un fascista criminal
(Franco) a quien le lamía los pies en los años sesenta”.
Toledo, que
hace estas declaraciones en su libro ‘Razones para la rebeldía’, rechaza
el argumento de que Juan Carlos I “salvó la democracia el 23F” cuando
un grupo de militares y guardias civiles intentó detener el proceso
democrático. Según Toledo, la monarquía española es “fascista”.
Las
declaraciones del actor no han provocado ningún tipo de respuesta por
parte de los partidos políticos.
Willy Toledo siente alergia
por los dictadores de derecha, pero no oculta su simpatía por los
sátrapas de izquierda como Fidel Castro en Cuba. En más de una ocasión
ha insultado sin tapujos a los opositores cubanos, a los que considera
lacayos del imperialismo yanqui. También es un admirador de dirigentes
autoritarios y populistas como Hugo Chávez en Venezuela.
Actor de
segunda fila y sin demasiadas tablas y niño bien de clase media a quien
nunca le faltó un trozo de pan, el artista bufón español ya no
escandaliza a casi nadie con sus declaraciones demagógicas y fuera de
tono en España.
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